martes, 21 de julio de 2009

Lo que de verdad importa




El verano pasado estuve en San Fins, una romería multitudinaria que se celebra en el pueblo de mis padres.

Después de tantos años fuera de casa, tuve la sensación de volver a pertenecer a un determinado lugar, a una determinada gente, aunque sólo fuese durante unos minutos. Fue muy entrañable y divertido.

Allí, entre el verdor más exuberante, efluvios de vino y rituales centenarios, se alza la pequeña capilla que cobija al santo.

Una anciana vende velitas para que los fieles y no tan fieles le hagan su petición a San Fins. Yo no soy religiosa, pero sí supersticiosa, y me atrae el folclore. Así que le compré una vela a la señora. Le pedí al santo que mi madre viviese 40 años más, pues la sola idea de separarme de ella me resulta demasiado insoportable.


Entonces, mi madre me confesó que, cuando yo era una adolescente, le hizo una petición muy especial a San Fins para mí.

Podría haberle pedido cualquier cosa: un novio, dinero, éxito...


Pero no le pidió nada de eso.

Lo que mi madre le pidió al santo es que nunca me faltaran las amigas. Y es que mi madre sabe cuáles son las cosas que de verdad importan.


Desde entonces, allí donde he ido, nunca me han faltado compañeras de aventuras y desventuras. 

Tengo la buena suerte o el buen criterio de rodearme de grandes personas. 

He aprendido a seleccionar a mis amigas:  son honestas, luchadoras, auténticas, buenas conversadoras, divertidas. 

A algunas las veo todas las semanas, a otras muy de cuando en cuando. A veces, incluso, nos abandonamos por temporadas. 

Unas son muy afines a mí, otras algo menos. 

Pero sé que puedo contar con ellas, y ellas saben que pueden contar conmigo. Eso es lo que de verdad importa. Mi madre lo sabe, ellas lo saben, yo lo sé.


Por eso hoy quiero darles las gracias a todas ellas, por hacer de mi vida un lugar mucho más habitable, divertido y acogedor.


Gracias, niñas.

Gracias, mamá.

Gracias, San Fins.

9 comentarios:

lovelyRita dijo...

precioso chicaCortocircuito... mi madre, tan del norte como la tuya, siempre me ha dado el mismo consejo, la vida es un camino que hacemos solos, pero acompañados, es tan bella... y si es en compañía de chicas "electrizantes", mejor que mejor...

lovely!!

p.d: que sepas que se me ha caido la lagrimilla...

Sogul dijo...

Qué cosas más bonitas nos cuentas!. Tan personales, y tan bien llevadas... Qué gusto de madre!.

Enhorabuena por todo!

La chica cortocircuito dijo...

Gracias, gracias, gracias.
(lagrimilla)

xise dijo...

Gran consejo, gran madre! I miss you!
:)

dameveneno dijo...

Muy sabia esa petición :)

Unknown dijo...

Al final, la seleccion natural se impone en la mecánica social. Es algo inevitable, a veces incluso lo rechazas, pero cuando ya no puedes más, te das cuenta que en esta sociedad lo difícil es tener una vida fácil. A mi me encantan los refranes. Para este blog: la mala hierba se junta....pero la buena crea microclimas la mar de agradables!
beso
Ángeles

La chica cortocircuito dijo...

Xise: miss you too. Conocerte a ti y a un par de personitas más es lo mejor que me ha pasado en cierto lugar de cuyo nombre no quiero acordarme..
Ángeles: siempre he sido más de letras que de ciencias, pero me agrada tu analogía del microclima.
Súper fan de los refranes como chica del norte.

bico a las dos

Anónimo dijo...

Tiene usted un premio en mi blog.
Beso,
J.

La chica cortocircuito dijo...

Julieta: estoy sinceramente agradecida por tu premio.
Es un honor para mí. No dejes de escribir tan... desde las tripas.