Foto: Alberto García-Alix
Almudena leyó a Nabokok y creo una Lolita castiza y moderna del Madrid de los 80. Se llamaba Lulú.
Cohen descubrió a Tolstoi y se hizo una madame irreverente, caprichosa, exaltada e ingenua de la Suiza previa a la Guerra. Llamó Ariane a su Ana Karenina revisitada.
Cuando un personaje te agarra dentro, se crea en ti una capacidad visionaria para inventar almas paralelas en otro tiempo, en otro lugar.
Porque los tiempos cambian, pero las personas no
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